FIEBRE

QUE ME SUEÑA

  • Esta exposición fotográfica no propone una mirada lineal ni un relato cerrado. Las imágenes aquí reunidas se ofrecen como fragmentos de visiones que arden sin causa aparente, escenas que parecen desbordar lo real y transformarse en otra cosa.

    II

    La fiebre no se entiende aquí como enfermedad, sino como un estado alterado de percepción. La fiebre es dolor, exceso, y es también intensidad que vuelve todo más agudo, pero a la vez más frágil. En ese umbral incierto, la realidad se convierte en visión y lo cotidiano extrañeza.

    III

    En esta exposición cada fotografía es un destello: a veces hay un fragmento mínimo de cotidianidad, otras una escena amplia, pero siempre marcada por la sensación de que algo está a punto de ocurrir. No se trata de mirar la imagen para descifrarla como lo hacemos siempre, sino de más bien intentar dejarse mirar por ella, permitir que su temperatura, su luz y su delirio nos envuelvan.

    IV

    El título, “Fiebre que me sueña” invierte la relación tradicional: no es el fotógrafo quien sueña la imagen, sino la fiebre la que sueña al fotógrafo. Este desplazamiento nos invita a pensar que el acto de mirar es siempre doble: al contemplar, somos también contemplados, al observar, somos transformados.

    V

    Más que una exposición, este espacio busca ser un territorio ambiguo, un sueño compartido. Las fotografías no dictan una verdad, sino que abren una posibilidad: la de entrar en la fiebre y dejarse habitar por ella.

    GUSTAVO AYÓN

    2025